La sede
de la Diputación Foral de Navarra fue incendiada el 8 de julio. Los daños se
estimaron en 6 millones de las antiguas pesetas. Esto destrozó dos mil
escrituras públicas. Estas pérdidas se sumaron a las de la suspensión de las
fiestas. El ayuntamiento de Pamplona manifestó que no iba a dimitir ningún
miembro del Ayuntamiento.
Los 5
que se encerraron en el Ayuntamiento por las muertes de Germán Rodríguez e
Ignacio Barandiarán, y por los supuestos culpables de la muerte del teniente Eseverri
seguían en huelga de hambre.
A raíz
de todo lo ocurrido en Pamplona se iniciaron 4 investigaciones. En primer
lugar, el magistrado juez del juzgado número 2 de Pamplona pidió a los medios
de comunicación que le entregaran el material gráfico y sonoro sobre los
hechos. En segundo lugar, estaba la investigación coordinada por el subdirector
general de seguridad. Finalmente estaban las comisiones formadas por las peñas
de San Fermín.
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