jueves, 20 de diciembre de 2012

Antecedentes San Fermín 1978

Las actuaciones de las bandas de fascistas eran una de las notas características de 1978. El ultra Blas Piñar, presidente del partido falangista Fuerza Nueva visitó Iruñea en febrero y dijo: “Si a Navarra le hacen falta refuerzos, llamadnos”. El 9 de Mayo tuvo lugar una manifestación de la derecha en Iruña con actuación de incontrolados y policía en el Casco Viejo. El día 10, a raíz de un enfrentamiento fue herido un ultra que resultó ser miembro de la Guardia Civil, llamado Eseverri, que moriría una semana después. Los ultras intentaron asaltar la sede de la Liga Comunista Revolucionaria (LKI), más tarde es la propia policía la que tomó el local, deteniendo a todos los allí concentrados. 

Este es el contexto en el que se desarrollaron los acontecimientos del 8 de julio de 1978, un año clave para la situación política que hoy conocemos y que finalizó con el NO rotundo de Euskal Herria a la Constitución española. 

El denominado “caso Eseverri” polarizó la movilización popular durante el mes de julio del 78. Eseverri había sido herido en un encontronazo cuando formaba parte de un grupo de agresores fascistas en el mes de mayo. Tras su muerte se produjeron detenciones y el día 3 de julio, ocho personas se encerraron en el Ayuntamiento de Iruña exigiendo la libertad de los detenidos, muchos de ellos, miembros de peñas sanfermineras. 

Comenzaron las fiestas de San Fermín, y el chupinazo se lanzó desde el primer piso del Ayuntamiento, dado que en el segundo, desde donde tradicionalmente se lanza, se encontraban encerrados familiares y amigos de los detenidos. El día 7 de julio, tres peñas salieron al final de la corrida de toros, con sus pancartas plegadas y entonando el Eusko Gudariak. 

Así se llegó al fatídico día 8. Hasta el final de la corrida no ocurrió nada, pero una vez finalizado el festejo taurino, unas cincuenta personas bajaron al ruedo y desplegaron una pancarta donde se leía: “Amnistia total. Presoak kalera. San Fermín sin presos”. 

Al mismo tiempo que las puertas de la plaza se abrían para dar entrada a los pequeños de las peñas que no pueden entrar durante la corrida, irrumpieron con ellos 40 miembros de la policía armada, con el comisario jefe Rubio al frente, cargando y disparando pelotas de goma y botes de humo contra la plaza y los tendidos de la plaza. Desde los tendidos se respondió a la agresión policial arrojándoles botellas y almohadillas. A partir de ese instante la policía usó sus armas de fuego, causando siete heridos por bala, que van desde uno en la parte más alta de la plaza, hasta otro en el mismo ruedo. 

La policía fue obligada a retirarse y con refuerzos volvió a entrar en la plaza causando más de treinta heridos. Una vez que la policía se retiró de la plaza y fue posible su abandono, la rabia popular se desató en la ciudad y las barricadas se sucedieron, incluso el mismo Gobierno Civil fue sitiado. 

La policía, con refuerzos llegados de Logroño, recibió la orden de despejar la ciudad disparando, sin que “os importe matar” (según consta en las cintas grabadas que captaron la frecuencia radiofónica de la policía en aquellos momentos). Y así lo hicieron, disparando de forma indiscriminada.


Hacía las 10 horas 20 minutos de la noche, en la confluencia entre las Avenidas de Carlos III y Roncevalles, un grupo de policías que se encontraban en la cercana calle Paulino Caballero, disparó ráfagas de sus ametralladoras Z-10, y un disparo alcanzó en la frente a Germán Rodríguez que muere prácticamente en el acto, también otro joven fue herido por bala en la axila en el mismo lugar. En total aquella jornada arrojó un balance de un muerto, diez heridos por disparos policiales y 170 heridos por pelotazos, botes, golpes... etc.

Las fiestas fueron interrumpidas y el día 11 de julio, en una jornada de lucha celebrada en Euskal Herria, Joseba Barandiarán fue asesinado en Donostia (San Sebastián), por la policía armada cuando se encontraba en una barricada.
 
Nadie ha sido juzgado por aquellos sucesos. La Comisión Investigadora creada por las peñas se estrelló contra la negativa judicial a investigar y procesar a algún responsable. También en el Congreso se topó con la posición del Gobierno de UCD (“lo nuestro son errores y lo de los demás, crímenes”, dijo Martín Villa), y la aquiescencia del PCE y PSOE (Carrillo llegó a afirmar que la investigación del Gobierno y la información facilitada a la Comisión de Interior del Congreso eran “impecables”, cuando en el informe presentado se dice textualmente que “Germán Rodríguez no murió a consecuencia de los disparos de la policía”).

Imágenes de la manifestación:




Escucha de la conversación entre dos agentes de las FOP durante la manifestación en la que murió Germán Rodríguez:





 

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